Uno de los inventos aportados por Thomas Alva Edison en la gran época de los descubrimientos que llevarían sucesivamente al desarrollo del audiovisual. El sonido unido a la imagen en movimiento llegaría años más tardes con la película "el cantor de jazz" en 1929.
La primera versión de este aparato de 1877 consistía en un cilindro recubierto de una delgada hoja de estaño sobre la que se grababa el movimiento oscilatorio de una aguja sujeta a un diafragma que era perturbado por la onda sonora que se deseaba grabar. El cilindro se hacía girar sobre su eje y durante la reproducción del sonido el surco de la hoja de estaño movía una aguja que lo recorría y que a su vez transmitía su vibración a una membrana que reproducía el sonido. La calidad de este tipo de grabaciones era bastante deficiente, pero mejoras sucesivas realizadas por el mismo Edison produjeron un dispositivo de calidad bastante aceptable al sustituir el cilindro por discos giratorios muy similares a las versiones que hasta recientemente se utilizaban en los hogares modernos. En este proceso de mejoras sucesivas jugaron un papel muy importante los diversos materiales utilizados, algunos de los cuales fueron desarrollados con este propósito específico. Este invento fue tomado por el público casi como algo mágico, y la prensa de la época se hizo eco de ese sentir popular al bautizar a Edison con el sobrenombre de “el brujo de Menlo Park”, lugar de New Jersey donde tenía su laboratorio y taller de trabajo. Fuente
La primera versión de este aparato de 1877 consistía en un cilindro recubierto de una delgada hoja de estaño sobre la que se grababa el movimiento oscilatorio de una aguja sujeta a un diafragma que era perturbado por la onda sonora que se deseaba grabar. El cilindro se hacía girar sobre su eje y durante la reproducción del sonido el surco de la hoja de estaño movía una aguja que lo recorría y que a su vez transmitía su vibración a una membrana que reproducía el sonido. La calidad de este tipo de grabaciones era bastante deficiente, pero mejoras sucesivas realizadas por el mismo Edison produjeron un dispositivo de calidad bastante aceptable al sustituir el cilindro por discos giratorios muy similares a las versiones que hasta recientemente se utilizaban en los hogares modernos. En este proceso de mejoras sucesivas jugaron un papel muy importante los diversos materiales utilizados, algunos de los cuales fueron desarrollados con este propósito específico. Este invento fue tomado por el público casi como algo mágico, y la prensa de la época se hizo eco de ese sentir popular al bautizar a Edison con el sobrenombre de “el brujo de Menlo Park”, lugar de New Jersey donde tenía su laboratorio y taller de trabajo. Fuente
Linea de tiempo "del fonógrafo al mp3".
Fragmento de la película "Edison, the man" de 1940
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